¿Cuál es la temperatura ideal en una casa?

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Temperatura ideal en una casa

Te explicamos cuál es la temperatura que deberías tener en tu hogar

Como cada invierno, las bajas temperaturas hacen que la sensación de frío en los hogares sea un motivo de discusión.

Para saber cuál es la temperatura ideal en una casa y apagar la sensación de frío, lo más fácil, es subir unos grados de más el termostato y, así, aumentar la temperatura en los interiores.
Lo cierto es que, aumentar la temperatura, no solo afecta al consumo de combustible de tu caldera, sino que puede perjudicar a tu salud y a los que viven en tu casa.

En este artículo te explicamos cuál es la temperatura que deberías tener en tu hogar y los posibles efectos que puede tener una calefacción demasiado alta para los que conviven contigo.

¿Cuál es la temperatura ideal en una casa?

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Es complicado determinar cuál es la temperatura correcta, ya que en función del sexo, la edad o el lugar donde residan las personas, la sensación de frío o confort térmico puede variar.
Pero lo que sí que se sabe es que, por debajo de los 20 grados, una persona puede empezar a sentir frío. Por ello, se determina de forma genérica que la temperatura óptima de la calefacción tiene que estar entre los 20 y 23 grados. A partir de los 25 grados ya se considera que la temperatura de la calefacción es demasiado elevada.
Por lo tanto, la temperatura ideal en una casa debe oscilar entre 19 y 23 grados.

¿Qué efectos puede tener una temperatura alta en la salud?

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Dolor de cabeza

Es uno de los problemas más comunes debido al exceso de calor. Cuando el calor persiste afecta a la presión arterial y disminuye el riego sanguíneo en el cerebro.

El dolor de cabeza también puede venir determinado por una mala combustión, así que es importante revisar tu caldera regularmente por un experto autorizado.

Problemas en la piel

Cuando la calefacción y la temperatura ambiente son elevadas disminuye la humedad y el aire se seca. Eso conlleva que la piel se reseque y puede provocar problemas cutáneos, sobre todo a aquellas personas que tienen la piel más sensible u otros problemas cutáneos previos.

Problemas oculares

La falta de humedad puede hacer que tus ojos se resequen y como consecuencia queden enrojecidos o fatigados. Una de las soluciones, aparte de disminuir la temperatura, es aplicar lágrimas artificiales.

Infecciones respiratorias y resfriados

El aire seco provoca que las mucosas de los pulmones, las fosas nasales y la garganta se resequen y esto puede debilitar tus defensas y propiciar la aparición de infecciones respiratorias y resfriados.

Si no puedes evitar tener la calefacción tan alta y sufres algún problema respiratorio puedes utilizar un humidificador para evitar que el aire del ambiente se seque.

Alergias

La calefacción mueve el aire y con ello se arrastra polvo, estas partículas en suspensión favorecen a la aparición de alergias, sobre todo en aquellas personas que son propensas.

Aumento de peso

Si estás intentando adelgazar, debes saber que mantener la calefacción a una temperatura elevada puede interferir en ello, ya que tu cuerpo no tiene la necesidad de quemar las grasas almacenadas sobre todo durante la noche.
Teperatura Ideal en una casa

Dificultad para dormir

Se aconseja reducir la temperatura ambiente por la noche. La temperatura ideal para dormir debe estar entre 17 y 20 grados con una humedad del 50-70%.

De lo contrario, si el ambiente es seco, puedes tener más dificultades para respirar correctamente y como consecuencia que tu sueño sea reparador.

Aumenta la sensación de cansancio

Además de no dormir bien, las temperaturas altas actúan como paliativo, esto es importante tenerlo en cuenta, sobre todo si estas delante de un volante. Si conduces un coche, lo mejor es no subir en exceso la temperatura, ya que puede provocar somnolencia.

¿Qué debemos hacer?

Mantener una temperatura adecuada

Para evitar todos los efectos que puedan provocar tener una temperatura alta, lo mejor que puedes hacer es mantener el termostato de tu hogar o vehículo entre 19 y 23 grados. Así evitarás la sensación de frío, pero no estarás abusando del calor de la calefacción.

Ventila todos los días

Ventilar la casa es fundamental para que el aire se renueve y limpie y regula la humedad interior. Esto favorece al bienestar de las personas que viven en el hogar, además de conseguir que el aire se oxigene y eliminar el dióxido de carbono que se produce respirando. Es suficiente con mantener las ventanas abiertas durante unos minutos al día.